domingo, 6 de enero de 2008

Ayer Buenos Aires

Tiranía púrpura
sangre que se sujeta
a dientes en
callesdecallejones valientes
de teatro y represión
en una profunda melancolía
espesa donde van callando
los poetas al hablar.

Caminitos apretados,
donde el azul y el oro se anuncian
por momentos sobre la patria
y mis divagantes bosquejos.

Una fuente que se extiende
en lenguas y fullerías
con un vaivén de piehombre
sobre piernamujer
trabando y destrabando
exacto en el adoquín.

Y aún sobre Piadosos Aires
en medio de todo, nada
lo extraño de un silbido
que dice siempre lo mismo
y callarlo de nada valdría.

Sabés lo que siento
y que no puedo echarelvistazo
ni apasionarme dentro
de éste maldito círculo metafórico.

De tan

Hoy amor de tango
hay tango sonando, tango
rabia destraba el taco
del que baila
cruce y salto en el
rectángulo de madera lustrada.

Él descubre la sangre
que a ella le viste
la garganta
y la bebe como vino
que dócil le ofrece en gracia.

¡Ay si ella supiera que a veces la ama!
Y si supiera él que su vestido
al saberlo de tango se entusiasma.

Por el salón andan virando
sus ojos de hierro forjado
dueño únicamente cuando
el golpe de su brazo
le dice mujer, al tomarla.

No hay quien sepa el
alma milonguera encadenarles
tras un taco y el cruce.
No tiene patrón el amor, ni
se lo juna pipiándolo por el aire.

sábado, 5 de enero de 2008

Vístete de mí

Torpeza casi gentil
de una cabeza que se expande
empeñada en el amor y
sus ilógicas formas.
Vístete de mí
o déjame en ese ánimo
de ayer, déjame quieta
que vivo yo para que lo sepás
demorada de continuo.
Pesa tu lengua caliente exigiéndome
la mano que detrás
escondes con un dejillo de esa
posible eternidad que predices
en medio de un luto
como canto de 2 x 4,
como La soledad de Piazzolla
en compás prodigioso, solitario
íntimamente de bandoneón.

Desertor

Corazón desertor
de Buenos Aires
morador dilatado
en las calles espaciosas,
fóbicas y asfixiantes.

“La ciudad de los
hombres inmortales,
fundada sobre esa
meseta de piedra”
donde las nueve puertas
terminan siendo las ocho
del laberinto en tu cabeza.

Eres el mejor de los amantes
compungido, intocable
aunque te vistas
solo de manos
y estas sepan besar
tu sexo.
Ejército de ejercicios
en tu cama tibia.

Mi espanto vive contigo
acariciando tu esencia inextricable;
Ya no me temes,
relumbran mis rimas
en la oscuridad de tu ciudad natal
colmada de aldeas
engalanadas de vivas esfinges.

Las dos bocas de la ventana

Las dos bocas de la ventana
vociferan rabiosas
una da a la costa
y la otra farfulla en Capital
allí donde el mar todavía
no ha podido entrar.

Atolondrados encargues
caminan mi cabeza lunfarda
aun no sé a quien llaman
estas dos lenguas embusteras

Andan por allí cruzándose.
Por aquí preguntan y
aquellos escuchan.

Sale por esta ventana
los aplausos que al mundo cautivan
y a mi no me sirven
porque no sé que quiero de esta tertulia.

Las dos bocas de la ventana
cantan sin detenerse
enigmática las palabras
y observan sin cansarse los ojos del verdugo
que a veces las calla.

Dos faros y una boca dan a la costa
dos faros más y otra boca se
propagan verseando por la capital.

Amor de salón

Paranoica milonga de dos
laboriosa combinación
entre escalones de sexo y
compás de bandoneón
zurciendo el deseo por el cuerpo
y en el piso del salón.

El copia sus ojos
esos ojos de taller
donde el amor se moldea
en esa anárquica sin razón
que la gobierna.

Milonga raspera
color del teñido vino
que después de tanto danzar
entre la copa y la lengua
rompe en un descuido con
la pasión expuesta entre
reveses de farolitos.

Vos

Vos, dado al mundo
dado como una puta
en un espacio furioso
en donde cuelgan luces
de alambres y palos.

Yo, mujer de día, adolescente
de tarde, inútil, pastando
como bestia a mi antojo
y en la noche reina
de un pueblo que desconozco.

Mirá estos chillones y baratos
versos aún no dibujan
la distancia, ni el crecido dolor
metido a fuerza en botella
y en ese estado de rebelión
sentados como si no
tuviésemos piernas frente al obelisco
éramos mendigos los dos.

Vos dado a tu crianza de burgués
que infame diversión eras
perfecto a la hora de dominar
y de romperme a Buenos Aires
para volvérmelo armar.

El deseo

Infinita lengua
que abarca ingenuidades
y lastima la boca deseosa
enreda los dedos
en el soplo húmedo
de mi instinto carnal.

En esta danza de pasos cruzados
la dicha y la algarabía taconean.

En este reino trivial
donde príncipes de
movimientos dispersos
cabalgan las tardes
naranjacuriosas
en caballos fuertes
agotados y sin piernas.

Duele

Duele la confianza y
duele la canción
el pájaro que vuela y
la ciudad que tangoenvenena.
Yo endeble
podrida de picardías
llena de aujeros.

Señuelo

Señuelo erótico
perforando una cabeza de mar
en los ojos míos las
conversaciones
tiernamente perturbadas.

Patagónica inmortalidad
en tu piel madura y blanca
Arenas y más arenas
sombras a las sombras
pudor y alguna misericordia.

Sobrasombra

Muestrario de novedades
sobrasombra de un hombre
que se acaba.
Me enseñas la verdad
y me contento con eso,
con que yo nada sepa.

Ilustras, persigues y
sospechas al amor
como una realidad dominante.

¡Imperios dentro de ti!
¡Reyes y caballos ¡

Existe, vos y yo sabemos que
este género de errores existe,
el muestrario se abre sobre la cama
ahonda tu mano sobre el cuerpo

que como herido yace ahora muerto

Sombra

Sombra partida en dos
única tu cabeza
enseñando:
Sismos, catástrofes
esperanza y dudas
corriente de mi devoción.

Esto, lo más desprovisto
del amor, jugando como
el sol en la tarde por un baldío,
mirando brotes de refilón.

Ausente de formas te alargas
vas estirándote como agua
mostrando en mis dolores
las virtudes de tal provocación.

Cruzando

Cruzando la calle
veo lo que soy,
los acentos emotivos
por los costados y los frentes
de algunos.
A viejos soles, yo,
temprana y posible.

Entre tiempos de cárcel
jugar con el dedo esquizofrénico en
el calendario de mi cabeza y sumar
con exactitud los días que le faltan al
elusivo amor truncado a fierros.

Rosa o azul
una fulana casi loca
de caras o rostros ambiguos
esa minita malgastada,
una culposa quieta,
un dedo erguido apenas.

Hablemos


Hablemos pelotudeces,
esta mala costumbre
que origina mi avaricia
a la hora del amor,
del frío y la conciliación.

Gira todo fácil para el daño
lo superfluo, la otra vida,
una penita de adoquín
y alguna suelta marginal.

Mantas y maldades

Entre tus mantas y planetas
te acostas con la manoempuñada
escondiendo mis retratos,
esos que de cualquiera de
sus costados vas colgar.

Se abre la noche desde tu
pecho y por tus culpas se
vuelve oscura.
Tu cama flota en el mundo,
en tu mundo plano que
elefantes resisten.

El juego se ha pasado
de nosotros dos y nos ha
consumido.

-Te pregunto, ahora, en
medio de toda esta mierda-
Si volviste a ver los pájaros azules?

Entre tus planetas y maldades
Corrientes amaneció tres veces
de ilógicas formas
dominantes e incomparables.

El aire rancio de la calle entraba,
las puertas se abrían, afuera a
unos pocos pasos, torpes porteñitos
hacían en masilla
cárceles para ellos y escudos
para otros, otros como nosotros.

Te hablo

En esta locura ruletosa,
amarilla prematura
no repitas lo que digo,
no me leas,
ni te me vuelvas presente,
que después de estar contigo
dejo en reposo al posible muerto
y me lavo las manos y me miro
en el espejo redondo del centro.

No te rías, ni te asuste,
vuélvete cuando quieras
denúdate cuando puedas,
que no hablo de la cara ni del cuerpo
cuando repito: Espejo
ni menciono un hombre
cuando te digo: Muerto.

Supe hoy

Supe hoy y me alegré,
saltó de mi boca a la plaza el
amor geométrico, armado a
cubos y círculos luego.

Amor ahora de cuadro,
hecho a colores entusiastas
que raquítico en la noche
se resguarda en arboledas.

¡Que hoy aumente la luz
con cada vuelta que da en la plaza!
y se me enrosque como
soga doble en mi garganta la peripecia
de andar comentándole el amor
a la tarde y a la polvareda de la calle.

viernes, 4 de enero de 2008

Entre maniobras

Entre maniobras sueltas
tu nombre fanfarronea y
a fuerza de tiempo se olvida.

La muerte de tu oratoria
se excita en mi hambre
hasta ablandarme un recuerdo
la cama o una mano,
solo en momentos y a veces.

Antojadizo amor

Antojadizo amor
púa enganchándome el alma
conjurándome en tu centro.

Me juego lo que soy
me juego las putas pasiones
cada vez que aparecés
entre tus plazas eternas.

Derrotado

¡El azul ha muerto!
¡El azul ha muerto!

Tu traje de mercenario
ha caído al piso.
Tu nombre se volvió
como el de todos los hombres.

Rota la historia en
el camino y ya lo ves, acà, acà
no hay nada que ver.

Me robaron tus centuriones
la inocencia de mis laureles.

Hombre de brazo endeble,
el arma que buscas está
frente a ti.

¡Que placer!
¡Cuanto placer, para tus esgrimas!
Decime quien te supo
más que yo, varón anaranjado?

Del alcohol de mis azucares
borracho andarás.
Cuantas veces volverás por mí?
Decime cuantas serán tus muertes
mi pobre niño de errado corazón?

Ilusiones

Voluntad golpeada
en cuerpo de hilos.

Puñal de vida a veces heroico
que crece desmedido
en una desgastada autoridad
que tiene fuerza cuando está
el cuerpo penetra.

Clama después de la tarde
el cuerpo que en la noche a ti se sujetó.

Siglos y siglos.
Cuando pienso en esto
creo en la locura inmortalidad
que mistifica vulgares espacios,
platónicos por demás.

Atrapados sueños de romanticón
repletos aunque no
quiera de un vos, de un yo.

Experto

Los ojos expertos
se te asomaban.

Tu aire de macho rancio
me sostenía las manos.

Esa boca,
tu boca en pedazos
ya sin forma,
sobre mí, enérgicamente dramatizaba.

Miserias

Nada, míseramente un
pedazo de luz, arrancada,
el pecho abierto a manos.

Autónoma creatividad
que gira sobre mí
y yo estiro mis brazos porfiados
sabiendo que mi ansia abatida
tocará hoy la punta y arrancará de cuajo
toda la ilusión encarecida.

Voy a gritarte, cántaro de astucias:
¡Que ahora te acuestes a mi lado,
ahora que estoy desnuda
y ya no tengo un alma para perder!

Preténdeme descubrir ahora,
ahora que yo misma
provoco y consuelo
a la vida y la muerte
como un desquicio en
llamaradas de palabras huecas
sin importancia.

Vas ajustando

Vas ajustando
las raciones para saber
si aun soporto
y padezco la espera.

Persiguen mis pasos
tus pasos
y carcajean en el camino.

Entono a la fuga
que nunca llega.

He visto las notas del viento
y sus emblemas
infieles a tu soberanía,
no me sorprendería verme así:
Apaciguando mis aguas sola
después de que me hayas tocado.

Y porque me nace el sueño

Y porque me nace el sueño
en medio de la congoja
como tumores en la carne
y a todo le temo por
obras del amor.

Esa dulce prisión ¡Si!
Esa inmejorable prisión
de levantinos aires,
figuras rectas, claras y
terroríficas.

Me venzo, me dejo muerta,
tirada de brazos y piernas abiertas.

Sugerente hoy ha sido todo:
El sol, la mar
la memoria ya rota
y estas manos que en lo oscuro
se repiten sobre ti.

Fingidor

Fingidor aventajado
del desamor,
desorbitado giras en el
mismo abstracto canal.

Hasta cuando me arrastraras a vos?

Prisionero absoluto
de aquellos
trágicos paraísos perdidos.

Viajero que vuelas
con tus alas de tela
de un reino a otro
enumerando vanidades tan
imposibles como vos.

Me has herido con cantidad
de armas, ni una has guardado
en tu falta de misericordia.

Mis manos esperan con las palmas
hacia arriba tus triunfantes sentencias.

Me has vencido.

Y tu fuego

…Y tu fuego sugerente
al que no escapo ni queriéndolo
trabaja en mi cabeza
perturbada, ya inalcanzable
de viajera raída y prófuga.

Has de quemar cada uno de los
espacios que me forman en esta oscuridad,
destrozándome con paciencia
el llamado: tuyo-cuerpo.

Bellos diálogos


J -¡Que irreal! ¡Que muerto!

M -¡Si no hay grillo ni ratón!
ni padre, ni un mísero juego
donde entretenerse la mano
que esboza la cabeza.

J -Pasiones a elegir ¡Eso sí!
entre la muerte tuya andada
dentro y fuera de mí.

M- Bah! Cómo si morir siempre fuera tan malo.

J – Y cómo si querer fuera siempre tan bueno
.

Asterión

Asterión duerme y
silencia la casa
sueña con los ojos cerrados
que su inmortalidad acaba,
volviéndose una modesta minucia
de una presuntuosa mansión.

Juega Asterión a ser que no es
pasea entre sus muros y torres,
las fuentes pierden agua
para mojar sus pies cuando el pasa.

¡Tantas puertas eres tú!
Mi querido hombre de plata
quien te ha creado te trajo
para que en mí gimas.

Cuelgan de las azoteas versos,
¡El exceso me confunde!
Cuelgan como por sus cabezas,
a raíz de tal galantería el
Amor sólo se asume.

La Fogata

Falsas luciérnagas
escapan del fuego
al moverlo con un trozo de madera,
dan encantamiento,
desfilan como los “Quinientos”
uniformados de rojo y azul
por la Galeríe D´Apollon.

Conspiración en la noche
esta luz que se disuelve
en la oscuridad, no habla,
es punta de arma que quema
y después
no es nada.

Retazos de gentes
parlotean y roban
en las manos el ardor,
guardan el fuego dentro
de sus bocas y gesticulan
a modo de dragón.

Casas y edificios de letras

Casa y edificios de letras
árboles trenzados detrás de mí
zumban dentro de esta
supersticiosa ciudad cada vez más alta.

Mi locura va y vuelve con las manos
en la cintura presumiendo
un sostenido eterno de “yo”,
atravesada tengo la cabeza
por ficciones de otro Argentino.

Con el revés del arte describir
el rojo y el tigre
la callecita torcida, y el mar embotellado
¡Que lo parió!
Describir esto que siento
acomodarme el alma que intento.

Sin titulo

¡Quién diría
que la sangre y los huesos
la energía y el movimiento,
tus ojos y mi dolor
se hicieran poesía
para un consumidor!

Lecturas

Tantas hojas de papel
acostadas sobre si,
piadosas, obedientes
en filas perfectas
ordenando la sabiduría
de mis amados trovadores.

Tinte de la sangre
supersticiosa,
Motor sádico para el amor
enajenando una cabeza
que sabida o precoz
se sostiene en la lectura.

Delicia orgásmica
concentrada de
sugerentes imágenes
que sutil entra hasta modificar
al que se encuentra con el libro.

Yo Minita

Una llave.
El borde del vestido
de una gran damita porteña.
Un laburo a medias.
Un ojo o dos.
La máscara de una hondonada
que de la nada tuvo rostro
para crear, soy.

El lunfardo inquieto y
desprolijo.
Una calle de Buenos aires
atada a la mano.
Arenapino.
El Mate.
Un che negro.

Acá no hay fondos, hermano,
no tengo otros
ni huecos, ni fantasmas
y aunque no se crea
no soy, no tengo,
no pido y acá me excuso.

Sugiero

Sugiero el silencio
pienso en blanco
como dando gracia en la desgracia
soporto los chacales
que aunque hambrientos,
vigilan vigorosos
y en ansias de destrozarlo todo.

Andaría de seguro más feliz
si me ignorase.

Me exponen a esta cronología
ridícula a la cual pertenecer.
Me vuelvo como
el vidrio que habla,
como un raro que ya no existe.

Caballos y camellos

Me anduve el mundo
del imaginario día
y caminé kilómetros
monté caballos y camellos
comí en la arena
y ni una vez dormí.

Mi naturaleza no me
permite amar
más que mi propia sangre
y deambular entre fantasmas
de idealismos y
simplicidades que argumentan
vanaglorias traumáticas.

Quiero soltarme la vida
y dejar que la buena niñez
que me dio mi padre y mi madre
sea gracia alguna vez en mí
pero finge cada cosa en mí finge
sufre todo en mi se sufre
por necesidad o costumbre.

El cuento

El avance es definitivo
las representaciones bravísimas:

Muertos por todos lados,
los estantes vacíos
mares diminutos
enormes riachuelos podridos,
una existencia eufórica
sujetándose a la ventana.

Hay viñetas en nuestro cuento
¿Quién lo modificará?

Por una libertad sin precio
hice un cuento perfecto,
¡Yo, si, yo!
en medio de mares diminutos
escasos como para nadie.
Vi lagos infinitos
ríos de gracia hechos hielo,
puros, blancos como sal.
No, no voy con esto,
con la servidumbre de
la vida de mi vida.

No logro soportar
la táctica muerte
que frente a mi casa se sienta
con ansias de gobernar
cuando espanto la lucidez
con alguna piadosa angustia
que me cabalga en los
pies y en la nuca se acuesta
son las mencionadas ya:
…angustias tempranas que clarean…

Mitologías, dioses
un pasado o los talismanes
de los que habló “el24deagosto”,
un amor ausente entre las letras
y toda la ilusoria fantasía que soy:
Ha de romperse.

Sensacion

Ignoro las razones
de mis giros internos
que velan tales síntomas
o mi tristeza a sido tanta y de continuo
que se ha transparentado entre
tiempo y tiempo,
entre heredad y cielo.

Piadosa sus desfiguraciones
para conmigo, arcana y
sellada melancolía.

Ya no estoy triste es mi resistencia
a ser crédula de una absoluta
nación imaginaria
que gobierna hasta la mano
que traza sobre el blanco mis ánimos.

Que casualidad ridícula
fuera de mí están las preguntas
que me conmueven y hastían
tocándome por momentos
y separándose luego descuajadas
de mis condominios.

Sé que partes de mí
han caído y muerto para
reflejar humildad a golpes
Ensoñación o cordura
he de perder el diálogo por
un fervoroso silencio que no domino.

Conversacion de uno solo


Vos sabés che
que yo necesito
decirte quien soy,
afectándome poco
el melodrama de unos versos
académicos, que a fuerza
esta tarde me resisto a merendar.

¡Afuera hoy la luna y los héroes!
…y la pregunta poco inteligente
que entre dientes repetís:
-Vos qué me decís?

Pasó de pronto la hora de
mi retórica bronca
y caras ajeadas.
Necesito decirte –también-
lo que no soy
y luego lo ignores.

Sabés, yo tengo el “tú” quebrado
desde que fui
y una política lisonjera y rabiosa
enferma como perro, en la boca

Yo te pregunto si es que soy:
una minita apenas blanca o
una desamorada que no ejerce belleza.
Yo necesito preguntarte eso.

Madriguera de ilusiones
un temor en y de colectivo
una secuencia de sueños que
en la niñez me enlaberintó.

Vos sabés che
que a propósito me pierdo
y suelo insolente
callarme porque sí.

Diáspora de mi alma espiralada
que en la arena dibuja
el rostro de otros con el dedo suyo
mientras mis todas otras mujeres
calladas oyen detrás
una terrible mortificación que repite:
-Vos, con todo esto, ahora,
qué me querés decir?