sábado, 5 de enero de 2008

Desertor

Corazón desertor
de Buenos Aires
morador dilatado
en las calles espaciosas,
fóbicas y asfixiantes.

“La ciudad de los
hombres inmortales,
fundada sobre esa
meseta de piedra”
donde las nueve puertas
terminan siendo las ocho
del laberinto en tu cabeza.

Eres el mejor de los amantes
compungido, intocable
aunque te vistas
solo de manos
y estas sepan besar
tu sexo.
Ejército de ejercicios
en tu cama tibia.

Mi espanto vive contigo
acariciando tu esencia inextricable;
Ya no me temes,
relumbran mis rimas
en la oscuridad de tu ciudad natal
colmada de aldeas
engalanadas de vivas esfinges.

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