sábado, 5 de enero de 2008

Vístete de mí

Torpeza casi gentil
de una cabeza que se expande
empeñada en el amor y
sus ilógicas formas.
Vístete de mí
o déjame en ese ánimo
de ayer, déjame quieta
que vivo yo para que lo sepás
demorada de continuo.
Pesa tu lengua caliente exigiéndome
la mano que detrás
escondes con un dejillo de esa
posible eternidad que predices
en medio de un luto
como canto de 2 x 4,
como La soledad de Piazzolla
en compás prodigioso, solitario
íntimamente de bandoneón.

No hay comentarios: