Entre tus mantas y planetas
te acostas con la manoempuñada
escondiendo mis retratos,
esos que de cualquiera de
sus costados vas colgar.
Se abre la noche desde tu
pecho y por tus culpas se
vuelve oscura.
Tu cama flota en el mundo,
en tu mundo plano que
elefantes resisten.
El juego se ha pasado
de nosotros dos y nos ha
consumido.
-Te pregunto, ahora, en
medio de toda esta mierda-
Si volviste a ver los pájaros azules?
Entre tus planetas y maldades
Corrientes amaneció tres veces
de ilógicas formas
dominantes e incomparables.
El aire rancio de la calle entraba,
las puertas se abrían, afuera a
unos pocos pasos, torpes porteñitos
hacían en masilla
cárceles para ellos y escudos
para otros, otros como nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario