Nada, míseramente un
pedazo de luz, arrancada,
el pecho abierto a manos.
Autónoma creatividad
que gira sobre mí
y yo estiro mis brazos porfiados
sabiendo que mi ansia abatida
tocará hoy la punta y arrancará de cuajo
toda la ilusión encarecida.
Voy a gritarte, cántaro de astucias:
¡Que ahora te acuestes a mi lado,
ahora que estoy desnuda
y ya no tengo un alma para perder!
Preténdeme descubrir ahora,
ahora que yo misma
provoco y consuelo
a la vida y la muerte
como un desquicio en
llamaradas de palabras huecas
sin importancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario